-¿Qué te motivó e inspiró para emprender?
-Desde que tengo uso de razón he sido una persona emprendedora. Mi mentalidad tiende constantemente a buscar nuevos retos, negocios y horizontes, aunque sea con la cosa más insignificante. Recuerdo los negocios que le ‘montaba’ a mi hermana cuando era una niña. Uno de ellos fue una reventa de anillos —malísimos, por cierto—, que adquiríamos a bajo precio para venderlos por unos euros a personas del pueblo. No nos fue nada mal.
A mi modo de ver, el emprendimiento es una cualidad que se posee por naturaleza y se desarrolla con la educación recibida de nuestros padres y nuestro entorno más próximo. Una filosofía familiar que vas adquiriendo y poniendo en práctica a veces sin darte cuenta durante la vida.
-¿Cómo mujer te encontraste alguna barrera en el momento de lanzarte a la aventura?
-No hay día que no tenga que enfrentarme a alguna situación desagradable por ser mujer tanto a nivel personal como profesional. Y si quieres añadirle ya la expresión ‘mujer de’, apaga y vámonos. He sufrido mucha discriminación y acusaciones infundadas tanto por parte de los poderes públicos, los asesores, y de un entorno ‘no’ lo suficientemente cercano como para considerar y llamar ‘amistad’.
Mi mayor barrera, ha sido ser joven, rubia, con los ojos claritos y además compañera de vida de un futbolista profesional. Automáticamente, tienen a encasillarte donde no deben. Muchas somos mujeres perfectamente preparadas a nivel formativo y emprendedoras natas.
-Además de fundadora de ORE Esports también eres abogada en ejercicio ¿Cómo está siendo dedicarte a un mundo tradicionalmente tan masculino?
-Así es. Me lancé a la piscina nada más poder colegiarme, con un gran nudo en la garganta y sin saber muy bien cómo acabaría esto. No obstante, la suerte estuvo de mi lado ya que en plena pandemia a un sector tan tradicional como la abogacía no le quedó otra que modernizarse y digitalizarte, cosa que a mí me encaja a la perfección por mi estilo de vida un poco ‘nómada’. Este acontecimiento global y mi visión de negocio de un despacho moderno, cómodo, digital me ha conducido a poder ‘patentar oficialmente’ ya mi propia marca del despacho y disponer de una cartera de clientes amplia. Todo esto a los 50 mil seguidores (y creciendo) que el despacho tiene en las redes.
Pero como no podía ser de otra forma, esta visión mía tan futurista del derecho y salirme de lo tradicional también ha sido muy criticado, sobre todo por aquellos compañeros de profesión con más edad y experiencia. Sí, hombres. Ya que las mujeres, abogadas, entienden y comparten perfectamente esta visión y forma de negocio, porque muchas lo han vivido al tener que dejar la profesión durante años por criar a sus hijos, volviendo a trabajar desde casa o donde pudieran. Ojalá para ellas existiera la digitalización de la Abogacía del Estatuto. Aunque, siendo sincera, considero que una vez más el tiempo ha puesto a cada uno en su lugar.
-¿Tienes algún truco/hábito/rutina que te ayude a mantener un buen equilibrio entre tu vida profesional y personal?
-Sí. A no ser que sea por alguna urgencia, en nuestra casa ambos trabajamos en horarios parecidos, es decir, si mi marido entrena de 9 a 15 horas todos los días, yo procuro amoldarme a ese horario. Siempre hay días donde el trabajo lo requiere y metes más horas, días donde tienes que redactar unos recursos ya de ya y presentarlo por no pasarse el plazo, pero no es lo habitual. Pero por lo general, entre mis clientes tengo hasta una lista de espera. No cojo más clientes de los que puedo/quiero gestionar durante una semana.
En cuanto a la empresa, obviamente tenemos trabajadores que se encargan de todo el día a día y mi labor consiste en supervisar el negocio. Confiamos plenamente en la labor diaria y las elecciones de personas que las hacen.
Tengo una filosofía muy marcada en cuanto al trabajo. Este tiene que ser efectivo. Si realmente necesitas dos horas para hacer tus labores diarias, tómate el resto del día libre. No soy partidaria de las empresas tradicionales donde los trabajadores ‘calientan’ una silla durante ocho horas, realizando tareas intencionadamente dilatadas en el tiempo para cubrir su jornada, cuando esas tareas son perfectamente ejecutables en un par de horas. Las seis horas restantes que podrías pasar con tu pareja, hijos, o simplemente contigo mismo serás las que te vengan a la mente con tu último suspiro.
-¿Animarías a más mujeres a emprender y montar sus propios negocios?¿Qué consejos les darías?
-Animaría a cualquier persona a emprender siempre que valga para ello y lo tenga claro. Seamos sinceros, no cualquiera sirve. Emprender es duro, tienes que ser muy fuerte mentalmente, estar constantemente preparado para el cambio o visionando nuevos horizontes. Y no debemos olvidar la presión social de tu entorno, cuya mentalidad y aspiración en la vida es trabajar ocho horas al día para alguien. Siempre te criticarán o simplemente no serán capaces de entender tu visión y tus acciones. Siempre tengo presente una frase y creo que es la clave para saber si tu mentalidad es o no es emprendedora. Si no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos (Steve Jobs). Cada uno decide en qué lado de la balanza está.